sábado, noviembre 10, 2007

3 Cáncer



Traumatismo e inflamación
Su papel en la etiología del cáncer es motivo de polémica todavía no resuelta y avivada por las implicaciones médicolegales que conlleva. Con frecuencia se solicitan compensaciones económicas por esta posible causa, si bien en la mayoría de los casos no se dispone de pruebas científicas. Es más probable que el traumatismo alerte al paciente acerca de la presencia de un tumor que ya existía previamente.
Las asociaciones más mencionadas son: cáncer de pulmón que asienta en cicatrices pulmonares (scar cáncer), cáncer de esófago tras esofagitis cáustica y tumores óseos aparecidos después de traumatismos.
Carcinogénesis química
Los mecanismos moleculares de la carcinogénesis humana se están aclarando a través del conocimiento de los cambios genéticos y epigenéticos resultantes de las interacciones
DNA-carcinógeno químico.
El proceso puede dividirse en cuatro etapas:
1. Iniciación. Ésta ocurre como resultado de la modificación de la estructura del DNA por efecto del carcinógeno.
2. Promoción. Los efectos epigenéticos de los promotores tumorales facilitan la expansión clonal de la célula iniciada.
Los promotores no son generalmente carcinógenos por sí solos, sino que requieren la acción previa del carcinógeno.
Hay otras sustancias, conocidas como carcinógenos completos (p. ej., benzopireno y 4-minobifenilo), capaces de desencadenar tanto la iniciación como la promoción.
3. Transformación maligna. Es la conversión de una célula preneoplásica en otra que ya expresa el fenotipo maligno.
4. Progresión tumoral. Las células malignas presentan características agresivas y tienden a metastatizar.
La importancia de la carcinogénesis química ha estimulado el desarrollo de la epidemiología molecular, cuyo objetivo es identificar a individuos con riesgo aumentado de desarrollar
cáncer, el cual dependería de las características individuales para la biodistribución y metabolización de carcinógenos.
Los estudios epidemiológicos sobre la carcinogénesis química en nuestra especie son imprescindibles, aunque muy complejos. Por ello se completan con la inducción experimental
de cánceres y la evaluación mediante la prueba de Ames, que determina la actividad mutagénica de los agentes potencialmente carcinogénicos.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IACR), con sede en Lyon, es la organización guía en la investigación de los carcinógenos, a los que divide en tres grupos:
a) carcinogenicidad comprobada de un modo suficiente (se ha establecido con seguridad su actividad carcinogénica); b) carcinogenicidad limitada (probable, sin que se excluya el
azar en el resultado de la evaluación), y c) demostración inadecuada (no se ha demostrado carcinogenicidad con los estudios realizados).

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